Narrador omnisciente
Es la figura de “el que todo lo sabe”. Este narrador habla en tercera persona y no se corresponde con ningún personaje, ni protagonista ni secundario. Se trata de alguien que nos cuenta la historia desde arriba, como si fuera Dios. Puede ver todo lo que pasa en el presente, incluso lo que pasa en un mismo momento en lugares distintos o alejados, y conoce el pasado y el futuro; es decir: se desplaza libremente por el tiempo y el espacio. Y no sólo sabe lo que sucede, sino que también conoce todo lo que piensan y sienten los personajes. Su conocimiento de los hechos, por tanto, es total y absoluto. Por otro lado, esta figura puede hacer sus propias reflexiones y juzgar a los personajes. Es el tipo de narrador más habitual de la novela y un grandísimo porcentaje de obras maestras están escritas en este punto de vista.
El narrador omnisciente en la actualidad es frecuente en fábulas, relatos infantiles y en las épicas de la antigüedad.
Ventajas del narrador omnisciente:
Supone para el autor el control total de la información y la posibilidad de graduarla. Facilita al lector la empatía con todos los personajes, ya que describe los sentimientos y las motivaciones que empujan a cada uno a actuar de una determinada manera.
Otorga un altísimo grado de objetividad a lo contado. Pese a que el narrador conoce el mundo interior y subjetivo de cada personaje, precisamente al poner todos estos mundos al alcance del lector consigue que éste perciba que no se le está ocultando nada, que la información no se está exagerando o se le está quitando importancia, que no está siendo manipulada y que está siendo equilibrada. Como consecuencia directa, aporta una grandiosa credibilidad a la historia, porque su autoridad y su dominio sobre ella son absolutos. En cualquier caso, no hay que olvidar que este narrador puede emitir sus propias opiniones y juicios de valor, y a menudo puede incluso camuflarlos de tal forma que resulta difícil discernir si algo que dice es lo que piensa él o lo que piensa el personaje:
Se expresa en un lenguaje neutro, sin limitaciones dadas por los personajes. Como no forma parte de la historia ni la protagoniza, su habla no tiene que corresponderse con el habla de sus personajes.
Inconvenientes del narrador omnisciente:
El nivel de empatía y de proximidad entre el lector y el personaje o personajes principales nunca será tan grande como el nivel de proximidad que, por ejemplo, se genera entre el lector y el narrador protagonista. Hay que tener en cuenta que en este segundo caso el lector sólo recibe información de los sentimientos del protagonista, mientras que con el narrador omnisciente recibe información de todos (lo que le permite someter al personaje a objetividad y juzgar si se equivoca, por ejemplo en su relación con los otros personajes, de los cuales también conoce sus sentimientos y motivaciones).
Ejemplo de narrador omnisciente
Crónica de un muerte anunciada de Gabriel García Márquez
"El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo. Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el sueño, pero al despertar se sintió por completo salpicado de cagada de pájaros."
Narrador observador
Este narrador habla en tercera persona y tampoco se corresponde con ningún personaje. Habla también desde fuera. Sin embargo, no tiene el poder omnipresente del narrador omnisciente. Sólo muestra lo que se ve, como si se tratara de una cámara de cine, sin poder acceder a los sentimientos de los personajes ni conocer ni el pasado ni el futuro, por ejemplo.
Ejemplo de narrador observador
"La campanilla que estaba colgada en el extremo superior de la puerta sonó, como cada vez que entraba un nuevo cliente. La mujer saludó con una sonrisa y fue directo a la estantería en la que se ubicaban las novelas clásicas. Mientras sujetaba unas carpetas con su mano izquierda, con su dedo índice derecho fue repasando los libros, uno por uno. Por momentos, inclinaba su cabeza para poder leer sus lomos. Estuvo un buen rato allí, sacando y hojeando varios ejemplares, hasta que se decidió por uno. Era el segundo tomo de En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust. Le pagó al señor que fumaba una pipa detrás de un viejo escritorio y se fue directo al café de la esquina. Pidió un expreso y se quedó leyendo hasta que las luces de la calle se encendieron."
El narrador equisciente o narrador observador, es aquel que solo conoce a un personaje. Este tipo de narrador cuenta lo que ve como si siguiese al personaje con una cámara y sugiere el resto. En un primer momento es fácil confundirlo con un narrador omnisciente, pero nada más lejos de la realidad. Este narrador conocerá solo a un personaje (pensamientos, motivaciones...) y la información de los demás estará restringida para él.
Colaboración de Cecilia Stanziani
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