Para caminar con vos
vayan mis palabras a manera de abrazo,
con gratitud infinita.
Que mi deseo impostergable haga que TODOS
Escuchemos tus pedidos
y seamos uno ante tus desmedidos esfuerzos.
Que cuando desfallezcas, me sientas muy cerca
sosteniendo tu mano, siempre.
Éste es un mimo a quienes tan calladamente trabajan por el prójimo.
Estas palabras sean un hilo de ternura para transmitirles toda la confianza en que ESTO TAMBIÉN PASARÁ.
Estas palabras sean un hilo de ternura para transmitirles toda la confianza en que ESTO TAMBIÉN PASARÁ.
Hoy no sufro este dolor sola. No me duelo sola, ni como mujer, hermana, hija, amiga ni como el más solitario de los seres vivos. No soporto este dolor como católica, judía, mahometana ni como atea. Hoy sufro. No importa mi nombre, mi nacionalidad, ni mi color de piel.
Si no fuese mujer, si no fuese hombre, niño, planta, arena, también lo sufriría. Si no fuese católico, ateo, judío, ni mahometano, también lo sufriría. Solo esto, hoy sufro pero no sola, sufro contigo.
Bendito agente de salud, Gracias.
Sos la esperanza de que el sol vuelva a brillar
en todas las ventanas. Que el Dios de la vida te de Fuerzas, Salud, Sabiduría
para seguir acompañando a los aislados,
y sacar fuerzas de flaqueza.
Para devolverte tus desvelos dibujamos una nueva realidad, con un hilo de amor,
para salir adelante.
Nuestro pueblo sufre y estás donde te requieren. Nosotros sorteamos la distancia y alzamos tu nombre con gratitud infinita.
Una lluvia de caricias refresque tu alma buena
y que aun en la oscuridad del caos y la locura,
que tu trabajo sin pausa nos permita ver los colores que nos faltan.
Ni tus manos ni tus ojos me son desconocidos, damos gracias a Dios por esto.
Que su cansancio se transforme en dicha y tus ojos sean el faro por el que brille su alma pura. El amor nos convoca y es imposible desoírlo.
Sin distancia y conociendo sus pesares, invocamos el nombre de cada uno de ustedes para decir:
¡Oh María, Madre mía! Cuida a éstos Ángeles que arriesgan sus vidas, para salvar las nuestras.
Sobre las montañas
el cielo anuncia tormentas
¿La tarde se hace noche o la noche se hace día? En una lucha infinita de luz y sombra
Juntos esperamos el nuevo amanecer.
El amor nos convoca.
Si no fuese mujer, si no fuese hombre, niño, planta, arena, también lo sufriría. Si no fuese católico, ateo, judío, ni mahometano, también lo sufriría. Solo esto, hoy sufro pero no sola, sufro contigo.
Bendito agente de salud, Gracias.
Sos la esperanza de que el sol vuelva a brillar
en todas las ventanas. Que el Dios de la vida te de Fuerzas, Salud, Sabiduría
para seguir acompañando a los aislados,
y sacar fuerzas de flaqueza.
Para devolverte tus desvelos dibujamos una nueva realidad, con un hilo de amor,
para salir adelante.
Nuestro pueblo sufre y estás donde te requieren. Nosotros sorteamos la distancia y alzamos tu nombre con gratitud infinita.
Una lluvia de caricias refresque tu alma buena
y que aun en la oscuridad del caos y la locura,
que tu trabajo sin pausa nos permita ver los colores que nos faltan.
Ni tus manos ni tus ojos me son desconocidos, damos gracias a Dios por esto.
Que su cansancio se transforme en dicha y tus ojos sean el faro por el que brille su alma pura. El amor nos convoca y es imposible desoírlo.
Sin distancia y conociendo sus pesares, invocamos el nombre de cada uno de ustedes para decir:
¡Oh María, Madre mía! Cuida a éstos Ángeles que arriesgan sus vidas, para salvar las nuestras.
Sobre las montañas
el cielo anuncia tormentas
¿La tarde se hace noche o la noche se hace día? En una lucha infinita de luz y sombra
Juntos esperamos el nuevo amanecer.
El amor nos convoca.
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