- Arthur Conan Doyle se quedaría asombrado hoy en día al saber que una de las más famosas frases de Sherlock Holmes es «Elemental, querido Watson», sobre todo porque él nunca llegó a escribir esas palabras. En ninguno de los relatos de Doyle aparece, aunque sí que hay alguna mención a «Exacto, querido Watson». Se cree que la famosa frase nació en el teatro, haciéndose muy popular entre los actores y dramaturgos para dar énfasis a los descubrimientos del detective.
- Ernest Hemingway fue uno de los grandes referentes de la literatura mundial. En su día, también destacó por su carácter anárquico y su rebeldía natural. Pero pocos saben que el autor estadounidense trató de unirse al KGB como espía bajo el nombre clave de Argos, durante los años 40. El servicio secreto soviético decidió prescindir de sus servicios al ver que era incapaz de entregarles información significativa, y que, posiblemente, se tomaba el espionaje como un juego arriesgado.
- Charles Dickens pasó a la historia por su gran descripción de la dura vida de la Inglaterra victoriana. Mucha gente piensa que lo hizo desde una perspectiva acomodada, pero en realidad Dickens pasó por muchas penurias en su infancia. Su padre era un derrochador que acabó en la cárcel -donde se mudó su familia-, y acabó trabajando a los 12 años para poder devolver las deudas de su progenitor. Así que, cuando Dickens escribió Oliver Twist, no hablaba de oídas.
- Rudyard Kipling (1865-1936), autor de "El libro de la selva" murió el 18 de enero de 1936, pero dos días antes de que falleciera, su obituario salió en el periódico. El escritor, muy amablemente, llamó y pidió que, ya que estaba muerto, no se olvidaran de borrarlo de su lista de suscriptores.
Colaboración de Cecilia Stanziani
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