La poesía también tiene reglas y consejos universales que ayudan a que un ejercicio se convierta en un poema profesional y emotivo. Un error de principiante es creer que los poemas se escribe de una sola vez y esto es un gran error.
La poesía es un proceso literario de escritura y reescritura. Normalmente se comienza con un boceto y como los textos son condensados cada palabra cuenta.
De igual forma que un artista plástico que desee pintar una obra, comienza dibujando, modificando el dibujo, pintando, añadiendo detalles, sombras y luces.
Podemos comenzar escribiendo palabras sueltas, ideas, sin una meta fija de lo que estamos buscando. Luego debemos buscar las palabras o frases que creemos valiosas, separando las que consideramos preciosas de las semipreciosas.
Ya tendremos con esas palabras hacia dónde va nuestro texto original. Lo hermoso de un poema es que nos sugiera algo nuevo, distinto; pero por sobre todo que tenga tu propia esencia. Nuestros pensamientos y nuestras palabras nos hacen únicos.
Los poemas que surgieron de esta reescritura necesitan descansar, dale tiempo. Luego, en otro momento será el tiempo de revisar, corregir, cambiar, eliminar o añadir.
Recuerda que tenemos dos hemisferios, uno es el creativo y el otro más lineal sigue estructuras y analiza. Por eso usarás un hemisferio diferente para escribir por primera vez el poema y el otro para corregirlo y perfeccionarlo.
La poesía tiene muchos recursos líricos como la rima (conjunto de los sonidos consonantes y asonantes), aliteración (repetición de sonidos en una misma frase), metáforas (uso figurado del lenguaje) y ritmo (también llamado armonía o musicalidad, y consiste en la distribución regular de las sílabas acentuadas en un verso).
La poesía es un proceso literario de escritura y reescritura. Normalmente se comienza con un boceto y como los textos son condensados cada palabra cuenta.
De igual forma que un artista plástico que desee pintar una obra, comienza dibujando, modificando el dibujo, pintando, añadiendo detalles, sombras y luces.
Podemos comenzar escribiendo palabras sueltas, ideas, sin una meta fija de lo que estamos buscando. Luego debemos buscar las palabras o frases que creemos valiosas, separando las que consideramos preciosas de las semipreciosas.
Ya tendremos con esas palabras hacia dónde va nuestro texto original. Lo hermoso de un poema es que nos sugiera algo nuevo, distinto; pero por sobre todo que tenga tu propia esencia. Nuestros pensamientos y nuestras palabras nos hacen únicos.
Los poemas que surgieron de esta reescritura necesitan descansar, dale tiempo. Luego, en otro momento será el tiempo de revisar, corregir, cambiar, eliminar o añadir.
Recuerda que tenemos dos hemisferios, uno es el creativo y el otro más lineal sigue estructuras y analiza. Por eso usarás un hemisferio diferente para escribir por primera vez el poema y el otro para corregirlo y perfeccionarlo.
La poesía tiene muchos recursos líricos como la rima (conjunto de los sonidos consonantes y asonantes), aliteración (repetición de sonidos en una misma frase), metáforas (uso figurado del lenguaje) y ritmo (también llamado armonía o musicalidad, y consiste en la distribución regular de las sílabas acentuadas en un verso).
Antes de dejarlos por hoy, compartimos la siguiente poesía.
Botella al mar de Mario Benedetti
El mar es un azar
¡Qué tentación echar una botella al mar!
Poner en ella por ejemplo
un grillo, un barco sin velamen, y una espiga
sobrantes de lujuria, algún milagro
Y un folio rebosante de noticias
Poner un verde, un duelo, una proclama,
dos rezos, y una cábala indecisa
El cable que jamás llegó a destino
Y la esperanza pródiga y cautiva
El mar es un azar
¡Qué tentación echar una botella al mar!
poner en ella por ejemplo un tango
que enumerara todos los pretextos
para apiadarse a solas de uno mismo
y quedarse en el borde de otro sueño
Poner promesas como sobresaltos
Y el poquito de sol que da el invierno
y un olvido flamante y oneroso
y el rencor que nos sigue como un perro
El mar es un azar
¡Qué tentación echar una botella al mar!
Poner en ella por ejemplo un naipe,
un afiche de Dios, el de costumbre,
el tímpano banal del horizonte
el reino de los cielos y las nubes
Poner recortes de un asombro inútil,
un lindo vaticinio de agua dulce
una noche de rayos y centellas
y el saldo de veranos y de azules
El mar es un azar
¡Qué tentación echar una botella al mar!
Pero en esta botella navegante,
sólo pondré mis versos en desorden
en la espera confiada de que un día
llegue a una playa cándida y salobre
y un niño la descubra y la destape
y en lugar de estos versos halle flores
y alertas y corales y baladas
Y piedritas del mar y caracoles
El mar es un azar
Que tentación echar una botella al mar.
Colaboración de Cecilia B. Stanziani
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