A veces cuando escribo, lo que digo es puro cuento, pero hoy quiero hablarles de mi amiguita Micaela, es mi mascota, una gansita doméstica. Micaela llegó a mi vida, por causalidad, tengo dos hijos, en nuestra casa, siempre tuvimos mascotas por ellos, como padres, pensamos que ellos, debían entender que los animales deben ser amados, respetados, cuidados y protegidos, ser responsables con una mascota, aunque tuviesen sus actividades en la escuela, debían recordar, “una mascota, era un amigo”. Mis hijos crecieron, comenzaban a cursar estudios secundarios y decidieron no tener mascota, entonces en el patio, recuperé espacios para hacer una pequeña huerta. Pero, la vida continúa, mis niños, se fueron a continuar sus estudios universitarios a otra provincia. En vacaciones, era nuestra felicidad tenerlos en casa, como madre, sentía algo de soledad, tristeza, los extrañaba, fui al médico, porque no entendía mi tristeza, y él me dijo –“Señora, no está enferma, es síndrome del nido vacío” … Me
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