Identificar aquella expresión artística, la obra en particular, que le inspiran. Por ejemplo, una pieza de música clásica, una película, un cuento, una poesía, una pintura, una escultura, etc. Dejarse llevar por las sensaciones que lo invadan por cinco a diez minutos e inmediatamente después dejar fluir las entrañas. Es esencial que el ambiente sea el indicado para su expresión. No es necesario que surja una obra completa, alcanzan con ideas, expresiones, etc.
Actividad
Recorrer entre los elementos que forman parte de su cotidianeidad y seleccionar uno. Luego, escribir una historia alternativa. Por ejemplo: al ver una mesa ratona de madera puedo suponer que el árbol de la que fue forjada se siente frustrado porque le hubiese gustado trascender a su mortalidad como el instrumento donde resonaban las notas de Atahualpa Yupanqui.
Actividad 2
Describir con precisión un ambiente (real o ficticio). Procurar no olvidar nada. Una vez concluida esta tarea, apartar la descripción para que sirva como apunte. De este apunte seleccionar los tres, cuatro o cinco elementos más importantes para usted.
Realizar un cuento con los siguientes lineamientos. Nombrar en los primeros párrafos los elementos seleccionados que mejor describan la escena y descarte los que puedan inferirse a partir del ambiente proporcionado por los seleccionados. Volver a ellos durante el desarrollo o el desenlace de la historia. El papel de los elementos puede ser protagónico, secundario o decorativo, pero ningún elemento nombrado debe ser olvidado durante el transcurso de la narrativa.
A manera de ejemplo podemos analizar los siguientes fragmentos de “Continuidad de los parques” de Julio Cortázar. En sus primeras líneas dice: “Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde” y concluye el cuento: “entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde…”
Colaboración de Dr. Diego Obiol
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