“No sabía que a una mujer podían matarla por el solo hecho de ser mujer.” “Desde chicas nos enseñaban que no debíamos hablar con extraños y que debíamos cuidarnos del Sátiro. El Sátiro era una entidad tan mágica como, en los primeros años de la infancia, la Solapa o el Viejo de la Bolsa. Era el que podía violarte si andabas sola a deshora o si te aventurabas por sitios desolados. El que podía aparecer de golpe y arrastrarte hasta alguna obra en construcción. Nunca nos dijeron que podía violarte tu marido, tu papá, tu hermano, tu primo, tu vecino, tu abuelo, tu maestro. Un varón en el que depositaras toda tu confianza.” Selva Almada (Chicas muertas) [Selva Almada: Si bien comenzó a estudiar publicidad, la literatura fue su elección. Su primer libro de poesía, Mal de muñecas, se publicó en 2003. Luego, llegaron otros relatos en Una chica de provincia; Intemec; El desapego es una manera que queremos, y las novelas Niños y Ladrilleros. Es una de las directoras del ciclo de lectura "...